Reflexión en alta sobre sus majestades los Reyes de Oriente
Escasos valores estamos
trasmitiendo a nuestros hijos/as si creemos realmente que se sentirán
defraudados/as porque los Reyes Magos no lucen con trajes despampanantes y majestuosos.
El traje de Gaspar no es de verdad, el negrito betún tampoco es color de piel,
ni los verdaderos reyes iban en enormes carrozas llenas de luces, caramelos y
juguetes. Tampoco iban acompañados de tanto desfile descomunal de música y
baile. Señoras y señores ¿no os habéis fijado nunca de lo simples que son los
que van a visitar a vuestros hijos/as a la guarde o al cole? Y sin embargo los
niños/as no han crecido traumatizados por ello.
Verdaderamente no entiendo el
remolino que se ha formado este año con las cabalgatas. Que le echen la culpa
ahora a Carmena de todo este montaje. Y encima enojos por todos lados si hay
alguna mujer debajo de ese disfraz; que lo único que se pretende es repartir
ilusión a los niños/as, no creo que vayan asomándose debajo de los trajes a ver
si tienen o no colita sus Majestades.
Si se quiere seguir la verdadera tradición habrá que
enseñar a nuestros pequeños/as que los verdaderos reyes magos iban solos y
mondos en sus tristes camellos y sus regalos de forma simbólica iban reflejados
en oro, incienso y mirra. Pare usted de contar, nada de plays ni móviles ni
cuentos chinos. Que tuvieron que recorrer un larguísimo camino para alcanzar a
una humilde familia que tuvo que refugiarse en un pesebre para dar a luz a un
niño que ya era perseguido antes de nacer. Más vale que nos preocupemos de los
niños/as que no han podido recibir regalo ninguno porque los Reyes Magos no son
tan magos y no llegan a los pobres más pobres. En fin, será que no soy tan
religiosa como otras personas o será que no necesito tanto para seguir
manteniendo la ilusión.
Por cierto, 55 mujeres asesinadas por violencia de género (oficialmente publicadas) en 2015 y ya llevamos 2 en 2016. Ningún revuelo a esta desgracia. Esto sí que es un trauma y nadie saca las garras por ello.