Para aquellas personas que todavía creen que la situación entre hombres y mujeres es igualitaria podríamos comentarle que las mujeres aún ganan de media un 17,5% menos que los hombres dentro de una misma categoría. La diferencia salarial es una forma de discriminación y desigualdad laboral que tiene repercusiones de gran alcance. Por ejemplo, un salario menor implica una pensión más baja y, por ello, el 22% de las mujeres mayores de 65 años se encuentran en riesgo de pobreza.
También es importante recordar que la conciliación de la vida personal, familiar y laboral no es un problema de las mujeres, no es un tema privado, sino que es un problema de hombres y mujeres y es un tema que preocupa a toda la sociedad y, por lo tanto, debe obtener una respuesta social, implicando a todas/os las/os agentes: Administraciones Públicas, Empresas y Sindicatos, a las mujeres y a los hombres. Hoy en día, creemos que todo esto está superado y que tanto padres como madres representamos el mismo papel, sin embargo de las excedencias solicitadas el año 2010 para el cuidado de los/as hijos/as el 95,48% fueron solicitadas por mujeres, lo cual quiere decir que menos de un 5% fueron solicitados por los padres interesados.
Por supuesto, hay que destacar el papel que realiza el ama de casa que trabaja gratuitamente y sin reglamentación horaria en el cuidado de los/as hijos/as y el cuidado de personas dependientes si las hubiera; además de la preparación de los alimentos, la limpieza y las tareas del hogar. Al contrario de lo que ocurre en el mercado laboral este trabajo no se remunera ni tiene un tiempo preciso. Además, hay que tener en cuenta que todo lo que realiza el ama de casa, es un trabajo comunitario que la sociedad “se ahorra”. Esta labor no está valorada socialmente ni contabilizada en la economía nacional porque la economía sólo se ocupa de lo que tiene valor monetario en el mercado. Sin embargo, el trabajo doméstico es fundamental para que la sociedad funcione.
Lo que debemos intentar es visibilizar el importante papel que la mujer ha mantenido a lo largo de la historia a través de la sombra, a veces, bajo un papel invisible. Reconocer los avances que a pesar de todos los inconvenientes, se han ido logrando gracias a la lucha de tantas y tantas personas que entienden que la humanidad se compone tanto de hombres como de mujeres. Poner de manifiesto que se nos tiene que juzgar por nuestras aptitudes, habilidades, capacidades, preparación o competencias, pero no por nuestro sexo. Recordar que tanto unos como otras somos imprescindibles para un recorrido en común hacia cualquier logro.
“Las mujeres siempre fueron guardianas de sabiduría y de humanidad, lo que las convierte en líderes natos, más por lo común ignorados. Ha llegado el tiempo de mandar abiertamente, pero junto con y no contra los hombres” (Charlotte Wolff).
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